Encerrada en una prisión, detrás un tapabocas, se encuentra la expresión facial más poderosa que existe. La sonrisa.
Esta pandemia nos ha quitado la posibilidad de expresar palabra y sentimientos sin tener que abrir la boca para soltar una oración. Hemos recurrido a las redes sociales para ser libres, para expresarnos. Pero eso no es suficiente.
Ya no tenemos ese método de respuesta natural. El que usábamos al ir a un café o el supermercado y un extraño te daba los buenos dÃas y naturalmente respondÃas con una sonrisa.
La sonrisa tiene un poder mágico, casi hipnótico. Te da la sensación de felicidad y confort. Incluso si tienes un mal dÃa y alguien te sonrÃe en la calle, se te puede contagiar. Una sonrisa autentica puede quitar todo mal que alma pueda tener y unir corazones que lejanos puedan parecer.
Nadie sabe lo mucho o poco que esto durará, pero lo que está claro es que al final de este túnel, cuando estes llegando a la luz, no olvides sonreir desde el corazón. No olvides demostrar la humanidad que aprendiste en tu tiempo de cuarentena.
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